lunes, 8 de junio de 2009

Los Savants en malasangre











Este pasado sábado, Los Savants fueron quienes inauguraron las sesiones de música "escena local". Nos presentaron tracks de su primera producción, que presentarán el proximo 23 de julio en el LARVA.

Antes del la tocada de Los Savants, estuvimos programando canciones de Radaid, Papel Indice, Marlento y otras bandas locales.

Malasangre invita a todas las bandas y músicos de Guadalajara a que nos contacten, nos dejen su material, el cual programaremos y le haremos difusión aquí y claro, poder programar una tokada.

Dejamos un par de rolas de Los Savants:

jueves, 4 de junio de 2009

Del acto poético participamos todos: Juan Cervantes

Ricardo Solís


El poeta Juan Cervantes que, esta noche (viernes 5 de junio, a las 20:30 horas), habrá de protagonizar una lectura dentro del programa ‘Poéticas al Escenario’, en el Centro Cultural Malasangre, ha publicado ya un volumen de poesía titulado Conversaciones (Ediciones El Viaje) y su trabajo aparece en la antología Poesía Viva de Jalisco (Secretaría de Cultura de Jalisco), pero es un impulso vitalista y de compromiso lo que le define. En entrevista, algunas cuestiones son abordadas por el escritor, en el marco de su presentación de hoy por la noche…

-Esta apuesta de Malasangre para realizar lecturas de poesía los viernes por la noche suena un poco arriesgada ¿lo ves así?…

-Por lo regular, este tipo de lecturas se hacen en lunes o martes, cuando la gente tiene más disposición. Los viernes, siempre quieres irte a la fiesta. Cuando inauguraron este programa y comencé a asistir, noté que efectivamente quieren crear un referente dentro de este tipo de lecturas, y lo hacen atractivo. No es como en otros sitios, o bares, donde te invitan a leer, a veces no se dan las condiciones como las están propiciando ellos.

-Desde tu punto de vista ¿qué clase de condiciones o qué detalles marcan el probable atractivo para estas lecturas?…

-Creo que aquí tiene mucho que ver la participación de personas como Marlene Zertuche, no sólo como perteneciente al grupo organizador. Se ve su preocupación por el impulso de la literatura. He conocido a otras personas (dueños de bares) con los que puede establecerse una relación ‘simbiótica’, el propósito es atraer a la gente y así gana tanto uno como el otro. Puede alguien leer y quizá algunos de quienes van no lo hacen para verlo. En Malasangre se ha dispuesto muy bien el espacio, por la selección de los invitados y la promoción que realizan. Están comenzando, claro. Pero creo que sería bueno apostarles…

-¿Por qué insistir en la poesía? (pensando en que trata, dentro de la literatura, como un género poco atractivo)…

-Hablando de géneros es, tal vez, el que a la gente le parece más complicado. Se habla de poesía y para muchos se habla de enfado. Creen, por lo general, que la poesía es algo ‘hermético’ (a veces el mismo poeta la propone así) y se pierde disposición. Así, no se consigue la participación por la que se trabaja…

-Entonces, por qué insistir en ella…

-Creo que es necesario poder llegar a la gente, al lector, y hacerle la propuesta. Porque la poesía no se hace de una sola manera sino de muchas. Platicaba en alguna ocasión con una maestra de literatura en una preparatoria, me comentaba que estaban revisando a los clásicos (como Quevedo o Lope), y me parece que eso a los chavos les puede aburrir. Quizá si se comienza por Bukovsky les puede parecer más atractivo, de modo que puedan dar con el sitio donde encontrar la poesía o dónde pueden identificarla para participar de ella. Después, se puede remitir a los clásicos u otros escritores, para que se reconozcan en ellos. Así, creo que la poesía debería ser más participativa y significativa para el lector…

-¿Y –por sí misma– qué tiene la poesía que la hace necesaria?

-Porque es una manera de vivir. Y una actitud ante la vida, también. Creo que no podemos vivir sin poesía, de veras. Hay mucha gente que no escribe y, puede decirse, son poetas. Y lo son porque tienen ese acercamiento a la experiencia poética. Y muchas veces no sabes cómo llega dicha experiencia, y te asombras. Y –en más de una ocasión– en ese asombro es donde logra fundarse esa cuestión mágica que puede ser –o que es– la poesía…

-¿Cómo una forma de establecer una relación con el mundo?

-Exacto. Así como decía Octavio Paz, el poema es donde se concilia la poesía, entre el hombre y la poesía misma. Así es como lo veo…

-¿Y cómo llega a ti o llegas tú a ella?

-Desde muy chavo, a los quince años, leyendo. El primer clásico lo leí en Lágrimas y Risas, y se trataba de Los Miserables de Víctor Hugo. Mi papá llevaba la revista semanalmente junto con otros periódicos. Yo me enamoré del personaje de Jean Valjean, no sabía del libro ni las dimensiones que tenía, hasta después, al seguir leyendo, y di con otros libros de poemas, con Juan Rulfo y, te confiero, me encantó, me desplazó, me hizo participar de otra visión del mundo…

-¿La escritura comienza después?

-Sí. A los 16 años, con poemas amorosos, ya sabes, como una acción de catarsis, de decir lo que uno trae. Fue a los 22 o 23 años que comencé con algo más formal. Antes sólo quería andar de acá para allá, sin formalidades de ningún tipo. Después trabajé un tiempo (cinco años) en la biblioteca del TEC de Monterrey, y pude leer lo que quise. De ahí, estuve estudiando en SOGEM, donde conocí a algunos escritores (como Martín Mérida, Juan José Arreola o Carmen Boullosa) y tomé el diplomado en poesía. Participé también en el anti-taller de poesía ‘César Vallejo’, coordinado por Raúl Bañuelos. Pero, ante todo, leyendo y escribiendo, ensayando…

-De entonces a hoy, pensando en tu experiencia y trayecto, ¿cómo concibes la escritura poética?

-Muy distinta. Es por la visión, creo que el acercamiento a la poesía es el mismo por distintos caminos. Hoy tengo 35 años, no veo el mundo quizá como cuando tenía 22 o antes. Pienso que es algo no formal, pero sí serio y con compromiso el escribir poesía…

-¿Y tu trabajo en sí, cómo describirlo?

-Regularmente es un proceso angustioso, una necesidad de escribir. Mi trabajo tiende a ser más cotidiano, urbano, no es tan cerrado…

-¿Expresado en un lenguaje con esas características?

-Muy coloquial. Me parece que a veces el lenguaje coloquial está más cerca del lenguaje poético que el académico, y –de cierta manera– puede también fundar el asombro, como lo hace el participar de la experiencia poética…

-Y ese asombro está también en lo común y cotidiano ¿no es así?

-Claro. Nada más se trata de la manera en que puede revelarse o lo encuentras. Hay quien nos lo anuncia o, muchas veces, hay quien llega a un mismo punto por otros ojos o las mismas emociones…

-De ahí que la experiencia poética puede compartirse con los demás…

-El acto poético no es necesariamente solitario, quizá el escribir sí lo sea pero del acto poético participamos todos, es general…

-¿Cómo describirías tu proceso hoy día y qué esperas hacia delante?

-Ahora estoy en el proceso de conciliar las dos partes. Tengo tres libros que no he logrado publicar, entre otras cosas, porque estoy casado, tengo dos hijos y debo salir adelante con mi casa (otra forma de experiencia poética que no debe dejarse de lado y necesita sustentarse). Me gustaría y quiero seguir escribiendo, y no un solo libro sino más; aunque la responsabilidad primera de un escritor no sería publicar, sino escribir y participar de la acción poética, no dejar de estar ahí, tener esa disposición, estar atento al llamado…

-Muchos escritores describen al poeta como un ser “alerta” ¿coincides?

-Sí, ese es el trabajo, precisamente. No de escritorio, sino de calle, de vida, estar atento a la caída, en esa fase sensible…